Fin de las seudorrimas politiqueras

Comencé la semana pasada a escribir unas rimas con ribetes políticos y rabitos de cochino criticones. Habían quedado por fuera muchos personajes/ figurones de este maremágnum, de este aquelarre en función continuada.Hoy trataré de enmendar mis errores.Vamos con la fiscal que más roja rojita no pudiera ser. Paloma no es gavilán/ papelón no es sal de higuera/ ni limonada champán/ ni la fiscal es sincera. Las otras mujeres del poder público tienen también su canto. Defensora y contralora/ damas de mucho postín/ resultaron habladoras/ gamelote y aserrín. Lo que hablan siempre o es a favor del Gobierno o es en contra de la oposición, pero sin ninguna idea seria, sólida, de sentido común. Pura paja.En el Zulia le atribuyen al hi jo de Arias Cárdenas el negocio de la venta de los chips de gasolina. Todo maracucho desprecia la medida. Para el zuliano de orgullo/ el chip le causa arrechera/ sabiendo que es un chanchullo/ del marido de la nuera. Se la pasan persiguiendo taxistas y arrestando a parroquianos por supuestos contrabandos de gasolina cuando son los soleados los jefes del negocio.Del Grupo 80, de donde su puestamente saldrían los nuevos políticos, sólo emergieron apologetas y aduladores. Era inimaginable que alguno de ellos dijera que estaba orgulloso de ser el dedo de Chávez.Con castillos en el aire/ y un gobierno mamotreto/ se baña siempre en el Guaire/ con su marido el atleto. De ese lote de dirigentes estudiantiles quedan pocos honestos y serios. Terminaron siendo peores que aquellos que recibieron durante años sus críticas.Ay, caray, es que en ese caso billete mata honor.Otro dirigente estudiantil que mostró un lado perverso y un lisonjeo penoso con los mili tares terminó de gobernador impopular. Sabe de estafa y de hurto/ le gusta donde sí hay/ lo conocen como el turco/ la gente de Maracay. Mientras tanto Aristóbulo que tanto se ufanó de ser un humilde trabajador, abandonó para siempre la esfera de la sencillez y la defensa de los trabajadores para codearse con peloteros millonarios y ciertos...

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