El Guamito Una finca cerca del mar

Cómo llegar. Toman la vía de oriente, pasan Boca de Uchire y se fijan en una entrada a 7 kilómetros a mano derecha Âsi vienen desde Caracas que dice Sabana de Uchire. Por ahí suben por una carretera asfaltada, pero con huecos, hasta llegar al pueblo de Sabana de Uchire. Lo atraviesan y siguen la carretera vía Piedra Azul, sector El Agarrón. Después de 11 kilómetros, por malandra carretera de tierra, verán por fin el letrero que dice Finca El Guamito. En total son 42 kilómetros desde la entrada en la carretera de oriente hasta la puerta de la finca. Requieren cerca de una hora, pues no pueden andar chola. De ganadero a posadero. Ha ce casi 27 años Luis Enrique Martín Ávila Ânombre completo de este soñador resolvió comprar una finquita por esas montañas frente a la costa de Boca de Uchire. Su plan era tener ganado de doble propósito: leche y carne. Condiciones favorables de agua, pasto, clima y acceso a una carretera que lo unía con el resto del país. Poco a poco fue comprando más terreno, pasaba el ganado de las tierras altas a las bajas, consiguió gente buena que trabajara e hizo una casita sencilla Âjunto a la vaquera como para llegar con la familia. Pero un día Carlos Ozal Âodontólogo inventó hacer una posada en toda la salida del pueblo de Sabana de Uchire. Curiosa construcción con cabañitas en forma de muelas, techos de caña, una piscina, una churuata central y todo el entusiasmo de quien se inicia en las lides de posadero. Si bien tenía la playa de Boca de Uchire cerca, quería que sus huéspedes tuvieran una opción de campo. Convenció a Luis Enrique para que recibiera a su gente con un paseo a la poza del río, una parrilla, ordeño, elaboración de queso y una pasada por la casabera para que entendieran cómo se hacía la famosa torta de yuca finita y tostada por la que deliramos junto al hervido. Luis Enrique se emocionó, armó el paseo, nos recibió cuando fuimos con Bitácora en el año 2000 y yo terminé de convencerlo para que ampliara los servicios y recibiera huéspedes en esa maravilla de finca frondosa, fresca y cerquita del mar. 11 años después. Confieso que no había vuelto a El Guamito Âque así se llama la finca de Luis Enrique a pesar de su insistencia. Estuvimos hace una semana. ¡QUÉ IMPACTO! Este delirante de los sueños, junto a su esposa Marilini que lo secunda y acompa ña, ha construido tremendo campamento para recibir hasta 40 personas en habitaciones múltiples, grupos, talleres, convenciones, familias o campamentos de...

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