Los formatos no se agotan para retratar a un país desvanecido

El ser humano crea para exteriorizar su visión del mundo. Comunica a través de signos sus in tranquilidades sobre la inexorable condición de estar vivo.Su entorno, que lo precisa, forma parte de ese diálogo que establece con el que lo observa.En el país, entre propues tas que tienden a lecturas más universales, existen personajes que elaboran sus trabajos a partir -y desdela crisis. Las artes plásticas siempre han sido testigo de las fracturas políticas de una sociedad y esta vez, cuando Venezuela atraviesa uno de sus peores momentos, no ha sido la excepción.Pintura, escultura, fotogra fía e instalaciones han encontrado sus caminos de desahogo para hablar de la violencia, la inseguridad, la escasez, el hambre y el éxodo que acaba poco a poco con una nación.La curadora Lorena González piensa que esta situación ha ocasionado un repunte de la combinación de expresiones artísticas: el mensaje es tan crudo que no hay canal suficiente.Creo que es el síntoma más característico de creadores de una generación que está entre los 25 y los 40 años de edad, dice. La investigadora señala que esta multiplicidad de medios halló en crisis pasadas lugares para desarrollarse. En los convulsos años sesenta, tras la caída de Marcos Pérez Jiménez y el ascenso de la guerrilla venezolana, surgieron grupos como El Techo de la Ballena y el performance tuvo protagonismo. Las intervenciones no eran instalaciones sino ambientaciones y se presentaron unas como Las sensaciones perdidas del hombre en la Sala Mendoza y Para contribuir a la confusión general en el Ateneo de Caracas.Las décadas de los ochenta y noventa fueron una época en las que, a pesar de que existieron discursos críticos, las instituciones culturales públicas funcionaban: Había conflictos políticos, pero la presencia del Estado cultural era importante. Estos artistas trabajaron para ir en contra de todo y tenían apoyo. Ahora eso no existe. Hablamos del ensimismamiento del arte dentro de los pequeños lugares, sitios de salvaguarda.A esta situación se suma el hecho de que así como el arte refleja la crisis, esta también se ve reflejada en el arte. Son escasas las obras de grandes dimensiones, disminuyó la inversión en ambiciosos proyectos y se suspendió una edición de la Feria Iberoamericana de Arte. Los materiales que se utilizan son de desecho, reciclados; el papel toma relevancia dentro de la producción; la paleta de colores se debilita ante la inflación, en los montajes fotográficos escasean los...

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