El foro del lunes / 'Nos hace falta organizarnos como lo hicieron los motorizados'

La obra de Jerzy Grotowski fue la semilla de la que nació, en los años sesenta, la concepción moderna de hacer teatro de arte. Venezuela no escapó a su influencia. Permeado por el trabajo del director polaco y su Teatro del Laberinto, el Taller Experimental de Teatro, mejor conocido hoy como Centro de Creación Artística TET, vio la luz el 11 de diciembre de 1972, gracias al esfuerzo de un grupo de creadores de la escena integrado por Eduardo Gil, Pablo García, Antonieta Colón, Newton Rauseo, Francisco Salazar y Guillermo Díaz Yuma, director general actual de la compañía. Tras casi 40 años de actividad de una agrupación fundamental en la historia del teatro venezolano, Díaz Yuma conversa sobre los aciertos y desaciertos en el área y de la política cultural nacional, así como del entusiasmo y talento de las nuevas generaciones de actores y creadores y de la importancia de la unión del sector para avanzar hacia la reivindicación de sus derechos ciudadanos. Díaz Yuma fue alumno de la Escuela Nacional de Teatro del Inciba y, en Francia, del Centro Universitario de Búsqueda Dramática e Investigación Teatral de la Universidad de Nancy y del Roy Hart Theatre, bajo la enseñanza de Richard Armstrong. Además, estudió en el Teatro Laboratorio con Richard Cieslak y Teo Spychalski y con el grupo de Peter Brook, con Sylbain Corteau. Actualmente, es profesor de la cátedra permanente Jerzy Grotowski de Unearte y director del Centro de Creación Artística TET, que celebra su 40º aniversario con una programación que se inauguró con el montaje de la pieza Las criadas de Jean Genet.

--El teatro nacional ha afrontado muchos obstáculos para su desarrollo: falta de infraestructura, recorte de los subsidios, carencia de políticas acertadas, censura. Sin embargo, eso parece haber fortalecido y unido al sector. ¿Cuál es su opinión al respecto? --Hemos avanzado mucho con la Red Nacional de Teatro y Circo de Venezuela, creada en 2008 y que, con insistencia, ha logrado poner sobre la mesa asuntos que no se han resuelto desde hace 50 años: apoyo al trabajo creativo, respeto a los derechos sociales de los artistas y construcción de espacios no sólo para el ensayo y la exhibición, sino también de formación y de salud. En ello ha contribuido mucho el ministro Pedro Calzadilla, a diferencia de Farruco Sesto, que casi nos aniquiló. Yo les digo a mis compañeros que hasta que no exista una ley de teatro esto no se consolida. No es solamente la voluntad del ministro Calzadilla...

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