Fotografías

La aceptación de la opresión por parte del oprimido acaba por ser complicidad; la cobardía es un consentimiento; existe solidaridad y participación vergonzosa entre el gobierno que lo hace mal y el pueblo que lo deja hacer.Víctor Hugo Muchas veces me he preguntado hasta dónde llegará la insensatez de una pandilla de facinerosos que pasaron de temibles a temerosos y se asustan hasta de sus propias sombras les aterra que escapen a su control masas a las que ya no seducen con sus corruptas y corruptoras prácticas clientelares y el desmedido culto a la personalidad del demagogo barinés y hasta cuándo toleraremos el desprecio a la inteligencia y la degradación de la condición ciudadana que han sido marcas de fábrica del castro chavismo y constantes de su ecuación autoritaria.Sin respuestas que nos apacigüen, aguardamos en suspenso alguna luz que nos conduzca, ¡milagro!, al final del túnel de la incertidumbre; por fortuna, algunos destellos vislumbramos en el lapso transcurrido entre el golpe judicial y la activación del Plan Zamora, en su fase verde vaya usted a saber con qué se come esa vaina, versión corregida y aumentada del Plan Ávila que, en 2002, Chávez ordenó poner en marcha y Rosendo ¿qué será de su obesa humanidad? se negó a ejecutar, y le costó la corona recuperada gracias a la chambonada de los conjurados y a la intervención del ahora cautivo general Baduel, pasando por el terrorismo mediático de Nicolás tonante pidiendo, Robespierre de opereta, la cabeza de Julio Borges, la ominosa bravuconería de Cabello Sabemos dónde viven los dirigentes de la oposición, el deplorable marcaje territorial de los perros de la guerra sucia, con el faldero Rodríguez a la cabeza de la jauría y, sobre todo, por la mal intencionada exposición al escarnio público de los mil ancianos.La fotografía vale más que to das las palabras aquí reunidas.Al contemplarla, es inevitable quedar atrapado en las arenas movedizas de la incorrección política y endilgarle desdeñosos adjetivos. Nos limitaremos a calificarla de patética para no decir caricaturesca. Y es que, a primera vista es eso: la parodia de balillas fascistas o de un escuadrón de imberbes pioneros nazis; en realidad, y siendo benignos, se trata de una caterva de envejecidos boy scouts and girls, precisamos en sintonía con la inclusión de género tan cara a quienes, con tamaña cursilería, hicieron de la Constitución un indigesto mondongo retórico, aglomerados en improvisado jamboree, siempre listos para...

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