Fresco y limpio, pescado a domicilio / Toda una vida en Mi Pueblito
Frescados distribuye pescados y mariscos a domicilio en Caracas: curvina, róbalo, dorado, pez espada, atún blanco y rojo, salmón, bacalao, lenguado y tilapia, entre otros, que ofrece en bandejas, envasados al vacío, en filetes, medallones, churrascos, en dados para ceviches o para fondue. "Los cortes precisos y la limpieza de las piezas es lo que más llama la atención del consumidor caraqueño, que agradece además la posibilidad de hacer pedidos por Internet y cancelar al momento de la entrega, en el lugar que elija", explica Andrés Aguerrevere, socio de Luis Criscuolo -fundador de la empresa-, desde 2004. Al principio compraban directamente a los pescadores de El Mosquero, en La Guaira, pero ahora lo adquieren en el Mercado Mayor de Coche, adonde llegan especies de toda la costa venezolana. Más variedad y mejores precios convencieron a los socios de Frescados, que procesan y distribuyen el producto en los galpones de la empresa, incluso especies foráneas que adquieren a mayoristas, por ejemplo, atún blanco y rojo, de los que gusta mucho el lomo, o el salmón, que se ofrece en churrasco, con piel y sin espinas. La langosta llega de Los Roques y de La Tortuga y se vende entera, en medallón y las colas. A la lista se suman langostinos, calamares y pulpo, almejas, vieras y mejillones -que se venden en empaques de medio kilo- y cangrejos moro, que llegan de las playas de Higuerote. ¿Más? Carpaccios de dorado y pez espada, y los aderezos que los acompañan -salsas, mantequillas y mayonesas- y hasta hamburguesas de salmón.
RECUADRO
ElDato
Originalmente Frescados sólo vendía productos del mar pero desde
hace dos años incluyó en la lista de pedidos carnes de res, cerdo,
cordero, pato y pollo.
Los pedidos deben hacerse a través de www.frescados.com,
pedidos@frescados.com, y del teléfono 425-8219.
RECUADRO
TAGUARAS Y CHIRINGUITOS
Toda una vida en Mi Pueblito
RAÚL FUENTES
"Yo nací aquí", dice Gustavo Ramos marcando con un amplio gesto el territorio de Mi Pueblito, modesto establecimiento de comida margariteña en las cercanías del Círculo Militar de Pampatar, donde permanece anclado desde hace seis décadas. Mucho tiempo en
un país donde todo parece provisorio y más en una isla donde los restaurantes nacen y mueren de una temporada a otra. Sabe que lleva toda una vida aquí con su familia y que su padre, Apolinar Ramos, fundó el lugar, pero no precisa cuándo. Con sus hermanos, Reinaldo y Ernesto, y su compañera Nelly, mantiene a flote el restaurante...
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