Una frontera llamada revocatorio

Independientemente de que se realice, o que sea defi-nitivamente boicoteado por el gobierno, el referendo revocatorio marcará un antes y un después, el fin de una era de nuestra historia política reciente y el na cimiento de otra.Si se realiza, si el gobierno respeta las normas, acu sa la presión internacional y el creciente sacudón interno, las cartas para un relevo gubernamental están echadas. La tendencia decreciente del apoyo popular al proyecto rojo hace inexorable la derrota del oficialismo.Es una curva en picada. Chávez en las presidenciales de 2006, le saca a Rosales 23% de ventaja. Maduro, en el 2013, sólo un sospechoso 1,4%, esta vez a Capriles.En las legislativas de 2015, los rojos pasan a ser una minoría y la Unidad Democrática se hace de la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. En apenas tres años, el chavismo pierde el fervor de 2.560.000 electores. Un promedio de 2.000 por día.No es descabellado entonces que la éli te cívico-militar roja rojita, atrapada en la cárcel sin ventanas de la utopía revolucionaria guevarista, esté dispuesta a frenar la realización del referendo. No importa cuantos principios constitucionales tenga que llevarse por delante, la meta es impedir a toda costa su expulsión de Mirafores.Si este exabrupto ocurriera, ya que nada lo impide en un modelo político donde no existe autonomía de poderes, continuarían los mismos actores al frente del Estado pero su percepción, legitimidad y reconocimiento internacional cambiarían definitivamente.Los miembros de la élite cívico-militar en el poder deja rían de ser percibidos de manera ambigua, como un mix entre izquierdistas revolucionarios y tiranuelos de república bananera, para pasar a engrosar las filas, ahora sí de manera flagrante, de los dirigentes políticos latinoamericanos que en un momento de sus vidas patean la mesa y optan por un régimen de facto. Como el que condujo Fujimori luego de la disolución del Congreso peruano.Un espectador escéptico diría que esta nueva viola ción no sería otra cosa que una raya más pa’l tigre.Que los chavistas han violado la Constitución cuantas veces les ha dado la gana. Y que, sin embargo, nada decisivo, ninguna sanción, ha ocurrido en su contra.Es...

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