Si yo fuera un chavista sin Chávez

I.Estaría atento y preocupado, por lo que significa la muerte del presidente Chávez.Estaría convencido de que en el país soplarán nuevos vientos, no importa si Nicolás Maduro gana o no las próximas votaciones.Me gustaría apostar por que se rán vientos positivos.Que se inicia un proceso nece sitado de rectificaciones, inspirado en la duda razonable de que tal vez no vamos bien por donde venimos viniendo.II.Pediría que se haga un alto en el camino para escudriñar estos catorce años de estruendo político y observar cómo luce el futuro del país.Propondría, dentro de nues tras filas, una cura general de realismo.Sacaría del repertorio guberna mental el argumento mediante el cual se justifican errores y malas prácticas porque en tiempos de la derecha antes la cosa era peor.Analizaría con lupa los números que retratan la realidad económica y social del país.Tendría muy presente que no hay magia que disuelva la realidad, ni verbo que la disfrace, hasta decir, por ejemplo, que la inseguridad es una sensación térmica o que la reciente devaluación es una medida tomada para defender nuestro signo monetario de los ataques gringos.Admitiría que las cifras, muchas de ellas ciertamente sonoras, no dan para la arrogancia cuando se les mete uña.III.Cuidaría hasta el extremo la sensibilidad social que caracterizó la gestión del presidente Chávez.Pondría cuidado en las políti cas sociales del Gobierno, su gran logro.Cuidado en ver cómo atornillar las más allá del rentismo, cómo mejorarlas más allá del asistencialismo, cómo ponerlas en práctica más allá del sectarismo.Y pondría atención en el em poderamiento político del venezolano, como factor clave en el cambio en la ecuación que marca la distribución del poder en Venezuela.IV.Reconocería que el país sigue siendo básicamente lo que le permite ser su petróleo, puesto en manos de la suerte del mercado internacional.Que la política el gasto público es nuestra principal casi única política, como corresponde a todo petroestado que se respete.Que importamos más que nunca y producimos menos que nunca.Que, por ejemplo, la soberanía agroalimentaria ha quedado al desnudo en nuestros puertos, al paso que la soberanía tecnológica es mera presunción gracias al satélite chino.En fin, que somos un país más quebradizo e indefenso en relación con nuestras...

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