Fútbol bipolar

Esta es la historia de una casa de familia que tenía dos hermanas. Ambas, descuidadas y en ocasiones menospreciadas por su padre, convivían sin hacerse daño e incluso, cada una lidiaba con las penas y desventuras de la otra. Sin embargo, la hermana mayor, más atractiva por el contexto en el que le tocaba desenvolverse, con otras campeonas del mundo llenas de joyas y prestigio; consiguió la atención de algunos pretendientes, quienes la han tratado bien. Ellos le dieron brillo y poder, la convirtieron en una mujer atractiva, una modelo que atrajo, al fin, la atención y el orgullo del descuidado papá, que ahora se enorgullece de sus logros, y de invertir en su futuro. Mientras tanto, la hermana menor sigue siendo descuidada por su padre, que no la protege de la misma manera. La grande es la consentida; la chica, quedó a su suerte. El contraste entre el trato a la selección nacional y al torneo local por parte de la Federación Venezolana de Fútbol es notable, sobre todo en la medida en la que la Vinotinto obtiene éxito y atención por parte de todos, mientras el campeonato aún carece de un patrocinante principal como el que tuvo durante los dos últimos años, por ejemplo, o de un seguimiento serio por los canales de TV, quienes prefirieron transmitir el primer fin de semana del béisbol que los partidos del Apertura, la semana pasada. Pero, ¿cómo va a ser atractivo para los inversionistas, y competitivo al lado del béisbol o el baloncesto, un torneo que se disputa dos días antes de un partido de selección, en medio de una fecha FIFA? ¿Cómo se potencian las virtudes escasas de un campeonato en el que las barras de los equipos van a la cancha con la intención de agredirse? ¿Cómo hacer...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR