Un futuro próximo incierto

2013 llega a su fin, entre du das y frustraciones. La oposición habría ganado algunos espacios, dicen los más optimistas; mientras que otros menos animados consideran que el fraude y una aplanadora cargada de violencia impidieron avances y que los resultados impuestos por el ente oficialista reflejan una derrota que traspasa lo electoral. Entre comunistas, militaristas y beneficiarios, el oficialismo no está menos confundido. Triunfos pírricos en medio del camino incierto de un nefasto proyecto que anuncia su fin.La oposición y el oficialismo ganaron y perdieron, es cierto; pero la democracia como sistema y espacio de vida no gano nada, más bien perdió y mucho, si no todo, según un balance que no se puede circunscribir a lo electoral, punta de la estrategia de legitimación constante de un régimen que destruye las reglas democráticas con su proceder para establecerse para siempre. Los derechos de los venezolanos, sus libertades, fueron disminuidos ante pocas reacciones, muchas veces no combativas, otras complacientes.El 2014 será un año más di fícil aún y no por una simple postura pesimista, mucho menos por radical, etiqueta que los cubanomaduristas pretenden asignar a todo aquel que critica el acercamiento en forma de guillotina que propone el régimen, sino porque ello responde a la realidad que se refleja en las malas intenciones de los que hoy mandan.En lo económico, según los economistas serios del país, de no haber profundas rectificaciones el país se hundirá en una crisis sin precedentes.Se anuncia la estocada final a la producción nacional para sustituirla por una política de importaciones que persistirá mientras las reservas aguanten, en medio de un endeudamiento externo que destruye la soberanía y la independencia del país; una inflación que anulará los ingresos de todos; desinversiones nacionales e internacionales que huyen ante el acoso, la ocupación de empresas y las imposiciones totalitarias muchas veces caprichosas, siempre basadas en el odio y el ánimo de venganza; y, entre otras la quiebra de las empresas del Estado, PDVSA al frente.En lo social, evidentemen te, de no introducirse los correctivos que exige la lógica de las cosas, las consecuencias del desastre económico estarán a la vista. Mayor empobrecimiento, aunque se maquillen las cifras; inseguridad indiscriminada; crisis en los sectores de la vivienda, de la educación y de la salud que se escapa del...

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