El Gabo y unos detalles del oficio

Ya les digo que uno corre el riesgo de meterse en un aprieto cuando lo asalta la pretensión de escribir unas líneas sobre Gabriel García Márquez Âcumplió 85 años el martes que puedan ser útiles para los periodistas y los lectores, que no digo para el periodismo porque sería un deseo demasiado ambicioso. Y siente uno tal apretura, no sólo por la abundante información disponible, sino porque entre tanto buscar, la mirada se posa, una y otra vez, sobre lo que pareciera ser menos importante, menos evidente, menos noticioso y más prescindible. Que sea pues la nariz o el ol fato periodístico el responsa ble por destacar aquí lo que uno entiende como la importancia que el cumpleañero otorga a dos valores tan esenciales del periodismo: la precisión y el buen uso del lenguaje, que en este ejemplo son lo mismo. Nos valdremos de la estupen da crónica y entrevista titulada La alergia del Gabo, escrita por el periodista venezolano Boris Muñoz, cuando era novato y que reproduce el portal digital Prodavinci. Allí, García Márquez corri ge a Muñoz cuando se refiere a él como mediador en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos: -Nunca he sido mediador. Esa palabra es incorrecta. -Al menos sí ha sido un observador. -Observador sí, pero no mediador. Más adelante, el Gabo insiste en la precisión cuando Muñoz cita a Carmen Balcells como su editora: -Te equivocas, Carmen Bal cells no es mi editora, es mi agente literario. Son apenas dos detalles entre un montón de aspectos importantes y significativos que están en el impecable texto de Boris Muñoz. Sin embargo, puede uno hilar un poco más allá Âque no más fino, agrego cuando recuerda las palabras de...

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