Gallegos y Consalvi

En 1991 Simón Alberto Consalvi publicó el libro Auge y caída de Rómulo Gallegos. Era embajador de Venezuela en Estados Unidos y su instinto de intelectual e historiador lo llevó a aprovechar la oportunidad para investigar en los Archivos Nacionales de ese país los documentos relacionados con el golpe de Estado que desplazó del poder a Rómulo Gallegos y dio pie para la constitución de la junta militar presidida por Carlos Delgado Chalbaud, primer gobierno en la historia de Venezuela que actuó formalmente en nombre de las Fuerzas Armadas Nacionales. Con base en lo que nos dice el autor, el libro no pretende ser más que una exploración en torno a la figura de Rómulo Gallegos y su relación con la política. Es más que eso. Desde el punto de vista historiográfico resulta un aporte inestimable para comprender el tránsito de la Venezuela civil a la Venezuela militar que dominó durante la década 19481958. Desde una óptica más amplia es una reflexión sobre la relación entre ética y política tanto en la personalidad del gran escritor como en la evolución de nuestra sociedad. Pero como Gallegos tenía otras facetas, entre ellas las de maestro y novelista, Consalvi subraya que optar por el político, por el testigo y protagonista de su tiempo, puede ser tentador ... y se puede concluir, sin esfuerzo, en la admirable coherencia entre las palabras, las ideas, los postulados y los hechos que dan unidad a la vida y a la obra del novelista y del político. Quince años después de publi cado el libro, Consalvi completó su semblanza cuando publicó en la Biblioteca Biográfica Venezolana su excelente biografía de Rómulo Gallegos, en la cual también explora la personalidad y la obra literaria de este gran venezolano. La conclusión de Consalvi que quiero resaltar es la siguiente: Gallegos tenía una concepción antimaquiavélica de la política o, dicho en otras palabras, un predominio de la razón ética sobre cualquier otro tipo de consideración. Por eso no resulta difícil comprender su papel en algunos episodios determinantes en que los tocó le ser figura estelar como protagonista de primera magnitud. En los días tensos que precedieron al 24 de noviembre de 1948, cuando es derrocado, se comporta como un profesor de ética que no tiene alternativas o como un constitucionalista que conoce las dimensiones de su compromiso. Nos narra: Cuentan testigos de esos...

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