Esta gente

Hace cosa de unos años, estaba en Macanao y sobre una mesa de la casa en que temperaba estaba La otra isla con su portada llamativa, editada por Oscar Todtmann Editores. Carsten Todtmann es uno de los editores más respetables de este país y las palabras que ha ceñido al papel nunca le han jugado una mala pasada al lector. Leí la mitad de la novela con rapidez y como no era mía la tuve que dejar en su sitio original. De regreso a Caracas no tenía otro pensamiento que abordar la primera librería para completar la restante mitad. Se trataba de una novela audaz, una historia magníficamente contada y sin desperdicio de una tensión que nos hace permanecer en vela hasta resolver sus rincones. Con ese éxito alentador llegó El pasajero de Truman con la que mantuve mis ratos de cordialidad, a pesar de que a ratos descreo de mirar con el retrovisor hacia el pasado con el suceso histórico para urdir tramas narrativas. Evidentemente, por encima del telón de fondo con que Francisco Suniaga dispuso su entretejido, sabemos que el novelista agrede y desdice de la historia porque de otro modo no habría novela, que no es más que un artificio para mentir con verosimilitud haciendo añicos toda objetividad y para fundar una república literaria más allá de las efemérides de esa misma historia. Esta gente es la última novela que nos llega del narrador insular y vuelve su vista a la isla en la cual siempre ha permanecido como patria del espíritu. La novela gira alrededor de un tema auspicioso: un abogado enredado en un problema de identidad vital: está casado, tiene una amante, pero lo visita un problema prostático que le desfigura su autoestima. José Alberto Benítez es un abogado pusilánime y recto, al que las circunstancias lo traen y llevan: una de estas lo hará fungir de abogado defensor de un anciano amigo de su padre empeñado en que Margarita se independice de Venezuela. Se trata del profesor de Geografía Económica, Gumersindo Salazar, que ha descubierto que la firma del representante de Margarita en el Congreso de 1811 no ha sido válida y que se trata de un procedimiento írrito. La trama es lineal, clásica, como en el resto de los trabajos de Suniaga, escrita con propiedad y correcto manejo de los recursos narrativos. De esta mezcla anterior habría resultado un magnífico complot con el lector como cómplice, pero a veces no sabemos si estamos ante una serie de párrafos que anuncian una posibilidad narrativa o nos empuja como discípulos ante una clase de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR