La mayoría de la gente ve el Oscar por la alfombra roja

Como todo el que lleva muchos años hablando o escribiendo sobre el Oscar, a Juan Carlos Arciniegas @jcarciniegas en Twitter se le percibe como si tuviera un diablito en su hombro izquierdo y un ángel en el derecho. Al periodista bogotano del programa Show biz en CNN en Español, que se ha convertido quizás en el gurú en idioma español de los premios de la Academia, el primero seguramente le susurra: Di que quisieras que este domingo pasara rápido y todo se acabe ya. El segundo vence la batalla y le hace afirmar a través de la línea telefónica entre Caracas y Hollywood, abrumado por el trajín previo al Oscar: El cine es lo que nos gusta, así que estamos cansados pero felices. --¿El Oscar es una institución sobrevalorada? --Desafortunadamente, por lo que he podido indagar todos estos años, la gente que ve el Oscar lo hace, en su mayoría, por la alfombra roja: por los vestidos, las tendencias de moda, quién llega acompañado de quien. La parte más banal. Claro, la de la imagen es una industria que mueve también a esta ciudad. Pero los que amamos el cine, ya seamos críticos, cinéfilos o espectadores muy leales, siempre nos quejamos, porque de pronto vemos reflejado más nuestro gusto en festivales como Cannes y Berlín. Paul Thomas Anderson, el director de The Master, aquí en Estados Unidos no ha recibido ni la mitad de los aplausos que debería. El Oscar es una ceremonia aburrida. Esperemos que con Seth MacFarlane cambie un poquito el ritmo. ¿Vamos a seguir viendo el Oscar? Claro que sí. Aún decimos que es la noche más importante del cine mundial. Para la gente que trabaja en la industria, es muy importante para el currículum o para que a sus películas les presten más atención. Y a veces resulta que pa san cosas que a uno le llenan de emoción, como cuando a Avatar, que es la película más taquillera de la historia y de la que nunca fui amante, le ganó una cinta pequeña como Zona de miedo. En ese momento es cuando siento que el Oscar todavía merece por lo menos mi atención. Ahora, en 2012 Michael Fassbender no estaba ahí por Deseos culpables Shame y fue el mejor actor del año. Y ahí es cuando yo preferiría casi cambiar de canal. --Siempre se escuchan teorías conspirativas alrededor del Oscar. ¿Cuánto hay de política en el premio? --Muchísimo. Cuando ya entendí un poco el tejemaneje de Hollywood, lo dije: es una elección presidencial. Es lo mismo. Hay una guerra sucia. Nadie va a levantar el dedo acusador para denunciarla. Pero algo como lo que le...

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