Gloria Stolk centenaria

AGloria Stolk le atemorizaba el futuro de la lengua y, quizá por ello, se ocupó del presente de la literatura; una forma de decirnos que el temor de la lengua desconocida puede aminorarse en la dicha de la tarea cumpli da por los escritores, cuando estos resultan nobles y comprometidos. Fervorosa creyente en la bondad del arte verbal la palabra como arte, insistió en privilegiar el trabajo de la crítica y creó gracias a él una zona de deleitable regusto por aquella gestión que junta siempre materias diversas con formas siempre iguales. Sus 37 apuntes de crítica li teraria 1955, en armonía con sus escritos sobre reflexión social y ciudadana 14 lecciones de belleza, 1953; y Manual de buenos moda les, 1967, conformarán un conjunto notable de textos de franca guiatura sobre el arte del cuerpo y sobre la belleza del espíritu. Practi cando una estética social inteligente y aguda, aconseja sin reprender y orienta sin castigar con el claro objetivo de hacer mejores a las personas, cuando ya sabía de las personas malas que anidaban en nuestra sociedad. Su credo era moderno y nunca trasnochado. Rezumaba finura y ejemplaridad. Bondadosa, a la bondad dedica las últimas palabras de su urbanidad venezolanista: La bondad es la mejor regla de conducta, y honrándose el hombre honra también a su patria. Sus análisis buscan iluminar, responder, auspiciar, recrear y poetizar a partir de la imagen primera de las obras, con el planteamiento claro de la crítica como creación segunda o nueva creación en la mejor tradición de la modernidad literaria. Sólo una ciencia literaria de método muerto pudo haber dejado de lado este modo amoroso de acercarse a los libros; lectura descreída de toda vanidad ante...

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