Golpismo

El fin de semana posterior a la protesta del 13 de septiembre, muchas paredes de la ciudad de Buenos Aires y su conurbano aparecieron tapizadas con carteles que denunciaban un presunto golpe de Estado. La mañana del 8 de noviembre, cuando se produciría el segundo cacerolazo, se vieron las mismas leyendas. El misterioso golpe se imputaba a veces a los que protestaban, otras a sindicalistas y al Grupo Clarín. La propia Presidente sostiene que América Latina está sometida a una extraña oleada de golpismo de nuevo tipo, protagonizado por los civiles en lugar de militares. Esas pretendidas asonadas irían desde la destitución de Manuel Zelaya en Honduras hasta la de Fernando Lugo en Paraguay, incluido el amotinamiento policial en Ecuador contra Correa. Hoy se intenta presentar a...

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