Envío de grafitis y murales a Venecia genera controversia

Hace años que el grafiti, el esténcil y los murales perdieron su carácter subversivo y de una estética alternativa pasaron a convertirse en una forma de arte oficial, por lo menos en ciertas zonas de Caracas. Sin embargo, llevar a aproximadamente 25 crews colectivos de artistas urbanos al pabellón venezolano en la Bienal de Venecia fue una decisión que dividió no sólo a la burocracia del Ministerio de la Cultura, al mundo del arte y a la crítica, sino también a los propios creadores urbanos, que consideran que lo que se verá en la ciudad italiana no es precisamente la mejor cara de esa subcultura.En la selección presentada hace dos semanas por el curador Juan Calzadilla y el comisario Edgar González predomina el grafiti vandal, un estilo de pinta utilizada para marcar territorio con siglas o nombres, escritos muchas veces sobre propiedad privada, superficies no recuperables y señales de tránsito.Muchos de los crews que aparecen en la lista publicada por la prensa sólo hacen pintas sin contenido, o imitan estilos foráneos que no tienen nada que ver con lo nuestro.Hay gente que pinta grafitis sin visión, sólo para darse a conocer, asegura Wolfgang Salazar, del crew SOU, uno de los grupos culturales que hacen vida en el colectivo Tiuna El Fuerte, cuyos grafitis y murales han sido reconocidos internacionalmente.En la selección también se echan en falta nombres de leyendas del grafiti venezolano, como el de Vaki, considerado pionero de la vertiente conceptual en el país, de Sergio Barrios El Hase y de Ergo, cuyos esténciles recrean rostros sobre los cajetines de teléfonos públicos de Cantv. Tampoco va Yaneth Rivas, la primera artista urbana que mostró su obra en el Museo de Arte Contemporáneo, ni Flix, que ganó el Salón Jóvenes con FIA con un esténcil.Polémica oficial. La decisión de enviar arte urbano a la bienal dividió también a la burocracia del Iartes y de la Galería de Arte Nacional. No hubo unanimidad en el comité integrado por Zuleiva Vivas, Vivian Rivas y otros funcionarios. Los nombres propuestos originalmente eran los del artista digital Yucef Merhi y del conceptualista Alfredo Ramírez. Se trata de dos creadores con formación académica y dos décadas de trayectoria, cuyas obras fueron desestimadas a última hora por razones que no quedaron claras, asegura una fuente vinculada con el Sistema Nacional de Museos, que pidió mantener en reserva su identidad.Fuera del aparato de la cultura oficial, artistas, curadores y críticos se preguntan...

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