El más grande fue despedido en Louisville

Los gritos de Ali, Ali, Ali y bienvenido a casa, campeón, el barrio de Parkland, en el oeste de Louisville, donde pasó su infancia el legendario púgil estadounidense, se volcó hoy para ver pasar el cortejo fúnebre con el féretro de Muhammad Ali, fallecido hace una semana a los 74 años.Desde primera hora de la mañana, cientos de vecinos aguardaban en el 3302 de Grand Avenue, la casa donde el gran boxeador se crió, para rendir homenaje a su ídolo. Le vamos a echar de menos. Era capaz de unir a todo el mundo: blancos y negros, ricos y pobres, mayores y niños, afirmó Melissa Thompson, vecina de Parkland, en un puesto improvisado de venta de agua.Para Thompson, el boxea dor es una inspiración hoy en día. Le pongo de ejemplo ante mi hijo para que vaya a la universidad y alcance sus sueños, dijo. A la espera de la llegada del cortejo fúnebre con el féretro, los asistentes aprovechaban para hacerse fotos a la puerta de la casa donde vivió Muhammad Ali cuando era un niño llamado Cassius Clay.No se mordía la lengua. En el ring, y fuera del ring, era único, subrayó Halvor Silcott, quien aseguró que el barrio ha cambiado desde que Ali se fue para convertirse en el boxeador más grande de la historia.Al tres veces campeón mundial de los pesos pesados le fue suspendida su licencia de boxeador durante tres años por negarse a ir a la Guerra de Vietnam y fue un crítico fron tal de...

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