Los griegos están condenados a una prolongada recesión

No hay salida fácil para el primer ministro de Grecia, Giorgos Papandreu. Aprobar un plan de austeridad que responda a las exigencias de los multilaterales y de los acreedores podría enmendar, hasta cierto punto, los saldos rojos, pero implicará más agitación social. Un año después de haber recibido el primer auxilio financiero de 110 millardos de euros se siguen buscando fórmulas para evitar la bancarrota del país del Mediterráneo, que a su vez representaría un fracaso al modelo económico que integran los 13 países de la Unión Europea.

La tragedia griega, además, se ha extendido a otras naciones de la periferia, ha dejado en evidencia las asimetrías económicas y amenaza a toda la región. En una carrera contrarreloj, el Gobierno deberá aprobar el nuevo paquete de reformas hasta 2015 y las leyes necesarias para ejecutarlas y tener acceso a otros 12 millardos de euros, el quinto tramo del rescate de la economía helena que le permita mantenerse a flote. Pero hay quienes dudan de que esto funcione: "A la vista del fracaso de los rescates, Europa no puede seguir a base de parches, y el caso de Grecia es inevitable: el país no puede pagar", opinó la semana pasada Paul De Grauwe, economista asesor de la Comisión Europea, al diario El País.

"Pueden seguir con paquetes e imponiendo austeridad, pero eso no es más que una espiral descendente que termina, tarde o temprano, en default", afirmó Alan Cibils, de la Universidad Nacional Sarmiento, en Argentina.

"Estos rescates financieros son fatales si no van acompañados de cambios en la política económica y en el sistema financiero", adv irtió Juergen Stark, del Banco Central Europeo.

"Los políticos tratan de demorar lo inevitable, aceptar la quiebra, pero a la larga tendrán que hacerlo porque el problema en Grecia es de solvencia, no de liquidez, y eso requiere cambios en la estructura económica", precisó Andrés Simón Trujillo, analista de riesgos de la agencia Banctrust.

Aunque Papandreu nombró un nuevo ministro de Finanzas y su partido le acaba de dar el voto de confianza en el Parlamento para aplicar las medidas, toda la oposición política y la mayoría de la población están en contra; unos dudan de que esta vez el Gobierno sí sea eficiente, otros se resisten a someterse a las severas exigencias del Fondo Monetario Internacional y del BCE; otros se niegan a pagar los excesos de sus gobernantes.

"Ahora Grecia está atada de manos y si sus políticos no quieren incurrir en incumplimiento de pagos harán lo...

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