Un grito esencial en el campo

"En el momento del partido, no se puede hablar bonito".

La confesión la hace Giácomo Di Giorgi al preguntarle si una grosería o un insulto bien intencionado de un compañero puede ayudar en el campo. En este caso, el compañero es específico: Tomás Rincón.

"Claro, y no pasa nada, más que todo es por ayudar. Por la misma adrenalina del juego puede ser que salga alguna mala palabra, pero siempre es bien tomada. Uno sabe cómo es", explicó Di Giorgi.

En la Vinotinto es asombrosa la coincidencia de opiniones en cuanto a las claves del trabajo defensivo. Orden, solidaridad, actitud, trabajo, planificación. "Tenemos una idea de juego. Creemos en eso y en el compañero", dijo Gabriel Cichero.

"La clave es el compromiso de todo el grupo", afirmó José Manuel Rey. "Hasta los delanteros corren para recuperar el balón", explicó Roberto Rosales. "Tenemos la actitud adecuada y transmitimos eso", acotó Oswaldo Vizcarrondo.

"Hay orden y agresividad para marcar", expresó el capitán Juan Arango.

La preparación ha sido adecuada, las ideas están claras y el ímpetu con el que afrontan cada partido también. Pero una vez que entran al campo, las instrucciones del técnico César Farías necesitan alguien más que las imponga, que sea la voz dentro...

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