Este año, los guairistas se reconciliaron con su equipo

Se me va a salir el corazón, comentó José Pérez, fanático de 23 años de edad de Tiburones de La Guaira, a los que nunca vio en una final hasta el jueves, día en que, como muchos guairistas, visitó el Universitario para ver ese histórico momento. Antes de entrar al estadio, sentí una presión, como si fueses a defender una tesis o algo así, porque esta es la primera vez que vengo a una final de mis Tiburones. Así lo vive un aficionado más de los escualos, que llevaba años esperando este momento. Por fin veo el sacrificio recompensado, dijo Bernardo Arrizabalaga, quien llega siempre al coso ucevista desde su casa, ubicada en La Guaira, donde nació y se hizo fanático de Tiburones. Apenas contaba con tres años de edad cuando su equipo se tituló por última vez. Particularmente este año no lo esperaba llegar a la final. La temporada pasada fue muy decepcionante, siguió Arrizabalaga. Desde hace siete años, cuando empezaron a vender los abonos, yo siempre los compré, pero este año, por la desazón no lo hice, y mira. Advirtió que para la campaña 2012-2013, volverá a ser abonado. Me reconcilié con el equipo. Al ritmo de la samba, los afi cionados guairistas se habían retirado del recinto caraqueño con caras largas en las últimas temporadas. Tanta desazón, hizo que algunos tomaran algunas medidas extremas. Cuando René Reyes se la botó a Henry Bonilla en el juego extra round robin 2009, tardé tres días sin salir de mi casa, y lo tuve que hacer para salir a trabajar, relató Pérez, quien parece tener mil anécdotas como esa. Con tantos años de frustra ciones, me dolía ver a...

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