Ángel de la guarda

La Guardia Suiza ayer tenía una batalla particular. En los pasillos de la Basílica de San Pedro no se escuchaba ni un solo ruido. De repente, desde el cuarto de Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, sonó el grito, un desahogo enorme en forma de gol. El papa le ganaba la guerra a sus defensores, a los guardianes helvéticos. Tal vez, eso sí, no fue el último grito de esa tarde.Tuvieron que pasar 117 minu tos, 90 del tiempo regular y 27 de la prórroga, para que el cerco suizo que se tendió durante toda la tarde sobre Lionel Messi le diera 3 metros. Estaba tan o más rodeado de suizos que el propio papa Francisco. Y 3 metros son sufi cientes para el rosarino, quien no necesita más que eso.Se quitó a un rival y corrió co mo loco, levantó su cabeza, miró a Ángel Di María a su derecha corriendo desbocado -como lo hizo toda la tarde en Sao Pauloy le tiró un pase medido, ideal, justo a la espalda del lateral helvético Ricardo Rodríguez, quien había salido a cortarle el paso al 10 argentino.Di María recibió dentro del área la entrega de Messi y le pegó un latigazo de su larga pierna zurda como un fi deo, con el que pudo batir al pretoriano guardameta Diego Benaglio, quien sacó de todo ayer en la Arena Corinthians.El 1-0 alzó de su silla al sumo pontífi ce en Roma, a los 40.000 argentinos que estaban esperando en las puertas del estadio, a los que estaban dentro del recinto paulista a medio terminar y a todos los que estaban del lado sur de la frontera con Brasil.Los albicelestes necesita ron sufrir para pasar a cuar tos de fi nal por tercer Mundial...

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