Guerra y paz en Venezuela

Hay muchos entre nosotros que piensan que la división y el odio es tal que la guerra está a las puertas. Personalmente no comparto esta opinión, más bien la división y el odio están artificialmente alentados desde una manera de entender la política.Los comunistas y los nazis tie nen propuestas distintas, pero no se diferencian en el trato que se les debe dar a los adversarios. Un nazi y un comunista creen que su propuesta trae la salvación absoluta; la implantación y consolidación de su revolución es el criterio superior ético. Todo lo demás es relativo y subordinado a este fin supremo: lo que ayuda es un buen medio y lo que se opone es malo y debe ser controlado, criminalizado y eliminado. Quien asesina al adversario merece condecoración y acusar a los otros de los crímenes más horrendos a fin de anularlos es una manera valiosa para lograr el paraíso en la tierra o el milenario Tercer Reich. El caso de Venezuela es más benigno y especial, pues la ideología totalitaria no estaba tan clara desde el principio y no es compartida por la gran mayoría de los chavistas.Y ese es el problema actual para el Gobierno: la mayoría de sus seguidores quiere un cambio y mejoramiento efectivo, pero no cree en pajaritos preñados de paraísos en la tierra. Es evidente que a la mayoría del país no le gusta un régimen totalitario, ni la pobreza y sometimiento cubanos, lo que deja la puerta abierta para pasarse del gobierno a la oposición.Ahora, sin liderazgo, con malestar socio-económico creciente y corrupción millonaria en el poder, la gente lo que quiere es evolución y no guerra y ha demostrado su disposición a bajarse del autobús de la revolución y montarse en otro.Esto lo entienden los dirigen tes del régimen y concluyen con los consejos que a Cuba le resultaron hace medio siglo que hay que demonizar a la oposición y convertirlos en malvados imperialistas decididos a asesinar al Presidente. Al mismo tiempo, hay que sembrar el miedo y bloquear todo paso del revolucionario a la oposición; por traidores a la patria perderán el empleo y serán candidatos para la cárcel... Que teman la represión y exclusión de los beneficios del presupuesto público. Los organismos de derechos humanos, las iglesias que expresen su antitotalitarismo, los países democráticos, los ciudadanos... todos son conspiradores contra la suprema felicidad revolucionaria, y toda protesta juvenil y...

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