Gobierno y guerrilla prepararon la mesa para sentarse a dialogar

Las revelaciones que la prensa colombiana ha hecho públicas en los últimos días, que dan cuenta de los preparativos para una negociación de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC en La Habana, convergen en la opinión pública luego de una serie de pasos previos que ha llevado adelante el Estado colombiano, a los que se suman algunas muestras de flexibilidad de la insurgencia que enmarcan un proceso que podría dar luz a un acercamiento que conduzca al fin de cinco décadas de conflicto armado en la nación vecina. Los diálogos preliminares a los que hizo referencia Santos al confirmar los efervescentes rumores de la última semana, se han celebrado desde el 23 de febrero con la anuencia de Cuba y Noruega, países que ejercen de garantes del proceso, y con el acompañamiento de Chile y Venezuela. Tres días después de esa fe cha, las FARC anunciaron al mundo que pondrían fin al secuestro con fines extorsivos y que procederían a liberar a los últimos 10 miembros de la fuerza pública colombiana que mantenían en su poder, hecho que se concretó en Villavicencio el 2 de abril. Desde entonces, la guerrilla ha reiterado su disposición de lograr aproximaciones de paz, aunque la respuesta del Gobierno siempre fue que le parecían insuficientes los pasos dados por la insurgencia para que se planteara un diálogo, y siempre negó los rumores que por aquellos días apuntaban al acercamiento. Por el lado de las institucio nes, el Estado ha llevado ade lante una serie de cambios legales que le abren las puertas a una solución negociada, como la recién aprobada reforma constitucional que incluirá el llamado Marco Jurídico para la Paz, que le permite al Presidente proceder en pro del diálogo y otorgar reivindicaciones para...

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