Juan Rodríguez Suárez funda Mérida y ¿Caracas?

La vida de Juan Rodríguez Suárez es tanto o más novelesca que la de su paisano Diego García de Paredes fundador de Trujillo, y el hecho de haber fundado Mérida sin autorización de la Corona lo hace un caso singular y, en muchos sentidos, revelador de la manera de operar el poder español instituido en América.Rodríguez Suárez nació en Mérida, en Extremadura, y llega a Cartagena en 1536. Antes estuvo en Argelia, Sicilia, Irlanda e Inglaterra. En la ciudad amurallada se une a Gonzalo Jiménez de Quesada, el fundador de Bogotá, pero no participa en su gesta fundacional.Sí forma parte de los fundadores de Tunja 1539 y Pamplona 1549, y será precisamente el cabildo de la segunda quien lo comisione para emprender nuevas expediciones en busca de minas, que ya escaseaban en Pamplona. Naturalmente, Rodríguez Suárez siendo vecino principal era miembro del cabildo pamplonés. De allá parte el apodado El caballero de la Capa Roja al frente de un contingente de hombres hacia la sierra nevada. Van adentrándose en el territorio de la provincia de Venezuela, abandonando el hoy territorio de Colombia. En Lagunillas decide fundar la ciudad de Mérida, en honor a su urbe natal, rodeado de pamploneses que luego, en algunos casos, trajeron hasta la protourbe a sus familias.El caballero de la Capa Ro ja hace todo lo que tiene que hacer: reparte encomiendas, nombra autoridades y envía emisarios a Pamplona a dar la buena nueva. A las semanas decide cambiar de sitio, por el castigo del calor reinante y los zancudos, y sube a la mesa de Tatey, donde refunda. Por otra parte, enterados en Bogotá de que ha fundado sin autorización envían a Juan de Maldonado y Ordoñez a hacerlo pre so. Cuando este llega a Mérida, Rodríguez Suárez estaba buscando oro en Maracaibo y regresa rápidamente a atender la orden. Maldonado lo hace preso, pero también se avienen en que la ciudad fundada se llame Santiago de los Caballeros, además de Mérida. Regresan juntos a Bogotá y allá juzgan a Rodríguez Suárez y le propinan la pena capital, en 1560, pero el condenado logra escapar hacia Pamplona, valido de las simpatías que despertaba en sus carceleros o de alguna artimaña, no sabemos. En Pamplona los amigos lo protegen y sigue rumbo a Mérida, escapando a la justicia bogotana.Luego se mueve hacia Truji llo, buscando la protección de su paisano García...

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