La Habana renace...

La Habana está renaciendo. No podría asegurar si de la mejor manera, pero el renacer es evidente. Apenas oficializadas las primeras medidas de la actualización del modelo económico cubano, que adquirirá su forma y proyecciones definitivas en el congreso del Partido Comunista que se efectuará a mediados de abril, los efectos de la nueva política han comenzado a variar, de manera acelerada, la fisonomía física de una ciudad que, en los últimos cincuenta años, parece haberse detenido en el tiempo e incluso retrocedido con el avance del deterioro. Hasta ahora la apertura más contundente y visible ha sido la de la revitalización del trabajo por cuenta propia, con una ampliación de sus categorías y actividades. Para ejercer las distintas posibilidades de trabajo privado ya se han concedido en el país una cifra notable de nuevas licencias, a pesar de que, en su mismo nacimiento, se ha establecido un fuerte sistema impositivo que hace dudar de la capacidad de muchos aspirantes para poder cumplir a cabalidad los compromisos fiscales. Esta alternativa laboral in dependiente, por muchos años prohibida y luego estigmatizada, cumple diversas misiones, entre ellas las de absorber una parte de los empleados estatales y gubernamentales que quedarán disponibles, según la retórica cubana. La cifra de los despedidos se calcula que superará 1 millón cuando el proceso haya concluido, aunque ahora mismo su puesta en práctica ha sido desacelerada ante la evidencia de que la sociedad y la economía no tienen demasiadas alternativas laborales para tantas personas. A la vez, el trabajo por cuenta propia intenta dar un leve pero necesario impulso a la descentralización de las estructuras económicas de un modelo en el cual, hasta hoy, la presencia del Estado ha sido como el de la esencia divina: ha brillado en todas partes, aunque no siempre resulte visible o tangible. Entre los nuevos negocios a los cuales han acudido los cubanos bajo las condiciones legales recientemente aprobadas, dos sectores han resultado los más recurridos: la gastronomía y la venta de productos agrícolas en todos los puntos de la ciudad. La avalancha de cafeterías, pequeños restaurantes y vendedores callejeros y...

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