Hacia el olvido total

La catástrofe aguarda a Hugo Chávez al final del túnel. De acuerdo con el Ban co Central de Venezuela, en los últimos 12 años la economía venezolana sólo ha crecido 4,9%. Durante el mismo período, las exportaciones petroleras venezolanas a Estados Unidos, nuestro mejor cliente, han descendido 42,2%. La tasa de inflación supera 30%, la más alta de la región y una de las más altas del mundo. Mientras, la corrupción, el consumismo y la inseguridad jurídica y personal se han ido adueñando gradualmente del país. Por su parte, el colapso de los servicios públicos, incluidos educación y salud, y la violenta caída del empleo formal, son claves para definir la magnitud de la crisis. No en balde en la primera página del viernes pasado El Nacional informó que en los 2 primeros meses del año se han producido en el país 33 huelgas de hambre y 837 protestas populares. Poco queda en pie del antiguo régimen, pero en su lugar nada existe, absolutamente nada, nada se encuentra de ese nuevo mundo que Chávez se comprometió a edificar. Puro simulacro político e ideológico que impulsó a Heinz Dieterich, hace muy pocos días, a decir que en Venezuela no hay socialismo ni se perciben razones que hagan suponer que esa dichosa ruptura histórica vaya a producirse en un futuro próximo. El hecho es Âescribió Dieterich con evidente amargura en el portal Kaos que Chávez desaprovechó su oportunidad histórica y sustituyó la transición científica a la nueva civilización por un conglomerado de consignas de la retórica cristiana, de la ética y de Bolívar, ejecutadas improvisadamente dentro del keynesianismo y la superestructura burguesa.... En 2011 Chávez sigue sin estrategia y sin equipo socialista, pero en peores condiciones objetivas internas y externas. Si en su cénit de poder 2004-2010 no realizó las transformaciones socialistas tantas veces proclamadas, menos lo hará ante las elecciones de 2012, que sólo puede ganar desplazándose hacia el centro político. La interrogante que abren es tas palabras resulta aterradora. Para todos los venezolanos. Como señala Dieterich, el jefe de la revolución socialista venezolana no ha logrado ni remotamente su declarado propósito de implantar el socialismo en el país. En el intento, sin embargo, ha derribado las estructuras básicas del Estado y de la sociedad. Ahora sólo le queda la retórica del socialismo, pero...

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