Hambre de museos

En los años sesenta, en el Zulia no empleaban la palabra museo. No existía ese actual conglomerado plural de espacios y saberes, con diversos grados de desarrollo y capacidades, cuyos mayores rasgos son la diversidad temática que les ocupa, la precariedad de sus presupuestos y la desigualdad en la preparación de su personal.Los museos del Zulia nacie ron casi todos, en los últimos cuarenta años, pero comparten una amplia demanda social de servicios y limitadas posibilidades para atenderla, capacitar su personal, conservar sus colecciones e investigar temas afines a su elevada misión. Desde el tradicional y muy almidonado Museo Urdaneta, hasta el recién creado Museo de la Zulianidad, esas entidades requieren de apoyo.Cuando los museos son mu seos, la conservación, estudio y divulgación del patrimonio cultural y la necesaria reflexión sobre la cultura, encuentran en ellos, el espacio amable que les da cobijo. Pero para que ello sea posible, es necesario que tengan personal capacitado en las diversas disciplinas a las que convoca su labor. Y es también requisito la adecuación de espacios físicos donde se eleve al visitante con museografías, que lo llevan de manera grata a los ámbitos de reflexión.Algunos zulianos y no zu lianos, se dieron a la tarea de sembrar museos en ese estado, mientras los mal llamados museos nacionales que han estado siempre en Caracas, pocas veces han mostrado sus riquezas fuera de la capital.Los museos del Zulia necesitan hoy potenciar sus capacidades, integrarse más, fortalecer sus espacios y arquitecturas, desarrollar una cultura de cooperación solidaria, evitar la segregación política y mejorar su diálogo con las audiencias.Requieren elevar a niveles de excelencia los servicios que prestan o debieran prestar a la comunidad, a la conservación del patrimonio y al desarrollo cultural de todos.Los museos son hoy la más poderosa herramienta de semiosis colectiva que tienen las sociedades modernas. Ayudan a entender y darle sentido a lo que somos como sociedad.Entre los museos que tiene el Zulia está el de la Gráfica, originalmente llamado Balmiro León y luego Luis Chacón, que oculta una valiosa colec ción de grabados, serigrafías y dibujos en parte formada gracias a la Bienal de Artes Gráficas que en sus mejores tiempos organizaba esa entidad municipal. Pareciera lógico un museo de esa temática por la presencia en Maracaibo del maestro del grabado Francisco Bellorín y de artistas como Hernán Alvarado, y por la larga...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR