El Hatillo se pintó de colores

Ayer, entre las 6:00 pm y las 12:00 am, entrar y salir al pueblo de El Hatillo era una prueba a la paciencia. Pero valía la pena enfrentar el tránsito para experimentar cómo un espacio urbano, con atractivo turístico comprobado, se convertía por un rato en una gran exhibición de arte.

Costaba moverse por cada una de las 13 estaciones de la feria Hatillarte, pero lo que mostró El Taller de Zulay, Utopía 19, Las Tejedoras de El Hatillo, el Centro Social y Cultural Don Enrique Erasso, la galería Hábito, Azularte, Ochava, el Taller José Duque, Artezuela, Country Collection, Galería 39, Javata y Espacios Libres, no era lo único que distraía los sentidos.

Al recorrer la calle Comer cio Âcontigua al Centro Comercial Paseo El Hatillo ya comenzaban a mostrarse los síntomas de una noche diferente: gente caminando por sitios en los que, especialmente a esas horas, nadie suele hacerlo; senderos dedicados sólo al uso peatonal, a pesar de algunos motorizados inoportunos; teatreros apostados en las esquinas, viviendo dramas demoledores en la intemperie; muestras gratuitas de vino Terracota en sus dos presentaciones; y músicos espontáneos, de blues o flamenco, así de variado.

Las ventas de comida, dul ces, libros y muebles, perdieron su protagonismo por un rato, y las bellas artes se ubicaron en primerísimo primer plano. La estación 4 mostraba esculturas de Eleonora Tugues, acompañadas por frases, una de ellas decía: En el caso...

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