Un hermano

Egipto, el país árabe más poblado, ha hecho historia. Por primera vez en unas elecciones relativamente libres llegó a la presidencia del país un civil y miembro de los Hermanos Musulmanes. Mohamed Morsi, sin embargo, tendrá que ejercer su mandato bajo la vigilancia de los militares, que siguen conservando casi todo el poder. Será una tarea difícil, pues se le pedirá antes que nada que ponga en pie una economía maltrecha por las propias revueltas. El resultado coincide con el deseo mayoritario expresado seis meses atrás en las legislativas. No hay que descartar que la aceptación de la victoria de Morsi sobre el ex primer ministro de Mubarak, Ahmed Shafiq, sea el resultado de una negociación entre la Junta Militar y los Hermanos Musulmanes, que hasta...

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