Ser hijo del técnico es una doble exigencia

La experiencia no es nueva, así que la rutina ya está establecida entre Giancarlo Maldonado y su padre, Carlos, el delantero y el técnico del Mineros que el viernes se encaramó en la tabla al vencer a Caracas por 0-1. En 2001, el estratega avaló el fichaje de su hijo para que debutara en el fútbol venezolano con el Nacional Táchira que terminó campeón aquel año. Los problemas del equipo los obligaron a hacer maletas e irse, primero fueron a Mineros y luego al Maracaibo, donde Giancarlo terminó de ganarse un nombre propio y dejó de ser sólo el hijo de Carlos. A partir de ahí, el delantero partió a Chile, México, España y Estados Unidos antes de regresar al país y reencontrarse con su padre en Puerto Ordaz, donde comandan el proyecto de uno de los más grandes candidatos a llevarse la corona. Lo llevamos muy bien, fuera del campo tratamos de no tocar el tema...

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