Mis hijos me dan la fuerza que necesito

Arelys Rojas acaba de sepultar a una de sus hijas y ahora quiere enterrar su pasado en Araguita. A los 26 años de edad, la mu jer ha visto la muerte muy de cerca en los Valles del Tuy, y antes de que la violencia de la región le quite a otro ser querido, prefiere probar suerte en Caracas. Es una desplazada. La semana pasada tocó las puertas del refugio para damnificados que está en la Cancillería, con sus tres hijos a cuestas. Allí su comadre Yolanda Martínez, damnificada por las lluvias de 2011, está dispuesta a abrirle un espacio en su habitación. Dijo que su casa, en Aragui ta IV, está a punto de caerse. Y quizá sea cierto. Pero lo que moviliza a Arelys Rojas en este momento no es la lluvia, sino la tristeza. ¿Cómo explicarle a los tres hijos que le quedan la ausencia de Areangelis Michel Mendoza, cuando hace apenas 10 días la veían entre ellos jugueteando, bailando y hasta ordenándoles que se bañaran, porque la limpieza siempre era lo primero? Rojas cree que poco a poco ellos entenderán. Por ahora, considera suficientes las explicaciones que les han dado varios tíos sobre el paradero de Jackie, como le decían cariñosamente a la niña de 7 años de edad: Ella se fue al cielo. Como único responsable de este crimen está identifica do un hombre de 19 años de edad, vecino de ella e hijo de un funcionario de la Guardia Nacional. Él andaba en sus cosas, pe ro en el barrio no echaba broma. No sé qué le pasó ese día que estaba amanecido y dro gado, recordó. Era el viernes 31 de agosto. A las 4:30 am el cónyuge de Rojas, Osman Gómez, salía a trabajar. El movimiento en la casa despertó al menor de todos los hermanos, y también a Areangelis Mendoza, que dor mía con él. Cuando la niña vio que su mamá se disponía a salir le dijo que la acompañaría: Mami, voy contigo para que no te vengas sola después. El homicida llegó mientras el grupo familiar esperaba el paso del transporte público. El único disparo que hizo hirió mortalmente a la niña en la cabeza. Luego, no lo han vuelto a ver en el barrio. La mamá de la víctima cree que su familia lo ocultó en otro poblado de los Valles del Tuy. En medio de la conmoción y la resaca de las drogas, el hombre supuestamente confesó: Le di a tu...

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