La historia doméstica de lo sobreentendido

De Mujer a fuego lento 2012, el libro con el que se hiciera acreedora del I Premio Universitario de Literatura mención Poesía, a Historia privada de un etcétera Cámara Escrita, 2011, hay un salto enorme en la poesía de Natasha Tiniacos Maracaibo, 1981.Vino, con este último libro, a confirmar lo que prometía en su primer título: una escritura distinta, que no teme a los riesgos pero que, no por ello, se aleja de la sustancia que caracteriza al poema. Volvemos a encontrar acá, pero en un grado mucho más alto, las referencias a un mundo cotidiano, privado, íntimo, que no reniega de la tecnología que ha venido a formar parte de la rutina diaria.Es la distancia que separa a los llamados nativos digitales de los que tuvimos que migrar a los nuevos códigos y estamos condenados, por mucho que nos empeñemos en ponernos al día, a denunciar un acento que pertenece ya a épocas pasadas, de un mundo más sosegado.La impronta de lo femenino citada acá sin complejos ni reducciones de ningún tipo, vuelve con más fuerza, diríamos, que en su libro anterior. Esto sólo confirma que es la misma entidad la que escribe y la que se interpreta a sí misma y su condición, y a lo que le rodea. Todo ello, enmarcado en lo mínimo, lo que tenemos a mano, lo evidente que, por ello mismo, solemos pasar inadvertido. En este sentido el poema se torna en elemento esencial de un código cercano al...

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