Historia vieja con disfraz nuevo

Escribimos estas líneas la víspera del Primero de Mayo, Día del Trabajador; expectantes, y ca rentes de facultades adivinatorias, no podemos augurar, más allá del previsible e insuficiente ajuste salarial de consolación, con qué habrá de comerse el revolcón prometido por Nicolás para solaz del proletariado; sin embargo, a falta de pan, buenas son las tortas que han puesto las altas esferas rojas, sacando a relucir trapos rojos y sucios que suscitan las conjeturas y elucubraciones que aquí manejamos.Buena parte de la fortaleza del totalitarismo descansa en servicios de inteligencia que actúan al margen de la ley, sin código de ética alguno ni respeto a los derechos humanos, para sacar esqueletos de los clósets y mantener a raya a amigos y enemigos del hegemón; por eso, la sola mención de sus acrónimos basta para acobardar al más pintado; y si atemorizan las siglas y abreviaturas, más asusta quien se oculta tras ellas: Lavrenti Beria, jefe del comisariado del pueblo para asuntos internos NKVD antecedente de la KGB, en tiempos de Stalin, es antonomástico ejemplo de ello; entre nosotros lo fue Pedro Estrada, despiadado sabueso que seguía el rastro de potenciales enemigos de Pérez Jiménez y no descansaba hasta echarles el guante o hacerlos desparecer: su crueldad lo llamaban Chacal de Güiria reputó a la Seguridad Nacional SN como una de las más sanguinarias policías secretas del continente.Del espionaje, glorificado y satanizado por Hollywood y la industria del best seller según la nacionalidad del héroe o el villano de la película o del thri ller , pues el cine y la industria editorial son eficaces herramientas propagandísticas tenemos la noción de que se trata de un azaroso trajín de disimulos, infiltraciones, sobornos y traiciones con el que alcanzaron deplorable nombradía la Gestapo, la CIA, la KGB, el Mossad, el MI5 y la Stasi; organizaciones orientadas a operar en el extranjero, porque para fisgonear en su territorio, algunos gobiernos cuentan con agencias como el MI6 inglés o el FBI norteamericano.Concebido para combatir el crimen organizado, el FBI fue utilizado por J. Edgar Hooover para violar la privacidad de sus conciudadanos y sustanciar expedientes a quienes profesasen simpatías por causas progresistas, a fin de intimidarlos o exponerlos al escarnio público; a su muerte se supo que era pornógrafo y homosexual, condiciones abundantes en esas sórdidas organizaciones donde reinan las segundas intenciones y que, a menudo, son esgrimidas...

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