HISTORIAS DE GENTE MALUCA

Ser el maluco de las telenovelas se convirtió en un asunto de salud para Adolfo Cubas. "Durante 15 años agredí y asesiné, sobre todo cuando en las telenovelas había mucho menos censura que ahora con la Ley Resorte. Quería que se me catalogara como un actor, no como el galán de la tele, pero nunca pensé que con el tiempo esos personajes iban a derramar sobre mí tanta mala energía", se soba reflexivo hoy la resplandeciente calva el Emilio Verdugo de Sol de tentación (1996) y también el villano mentalmente perturbado de Rubí rebelde, Abigaíl, Cara Sucia

y María Celeste. "Hay gente que no me visita en mi casa porque cree que le voy a hacer algún daño. Tengo amigos que me dicen: `Delante de mi mamá, no me saludes'. Hasta mi tumor en el cerebro fue culpa de esas emociones descontroladas. Uno no mata, uno no viola ni se droga. Uno actúa, pero está dándole información al cuerpo que no es real y se produce un cortocircuito. El médico me dijo: trata de hacer papeles donde disfrutes y te rías", revela el ahora locutor matutino de la emisora de 96.9 FM. A pesar de todo, Cubas volverá a ser visto pronto como el malo de la pantalla pequeña, con apodos de la calaña de "El Matón" en Dulce amargo (Televen) y "Abracadabra" en la producción de época Guerreras y centauros (Tves).

Sin sombra no hay luz, decía una canción de Sentimiento Muerto, y Cubas llega a una conclusión similar: "Sin nosotros, los protagonistas no pueden brillar. Cada día sé que me van a saludar con cariño 20 ó 30 personas en la calle. Sólo para unos pocos que me harán muecas despectivas, seré siempre el loco o el bicho malo. Pero a todos mis malvados los justifico: es la única manera de amarlos". Se siente orgulloso de haber visto su rostro en un póster gigante desplegado en Mongolia, el sitio más lejos a donde lo han llevado sus villanos. "Ahora trato de hacer esos papeles con más técnica y no involucrarme tanto", sopesa sobre las consecuencias para su organismo.

Carlota Sosa se ubica en la isla indonesia de Java (a cuyas playas uno llegaría si excavara un agujero hasta el punto opuesto del planeta) en la aproximación a la santurrona hipócrita Marbelis, su actual villana de las dos de la tarde en Válgame Dios (Venevisión). "Esa ridiculez de que los personajes se te meten adentro, te poseen y te vuelven loco, para mí son intensidades. Me imaginé siempre a Marbelis como a Hannibal Lecter: un tipo culto, que oye música, lee libros y come gente. Para él es algo normal. ¿Cómo voy a justificar...

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