Al este de Hitler, al oeste de Stalin

I Entre 1921 y 1922 los bolcheviques aprendieron que el hambre es un arma letal. Entonces, a las secuelas de la guerra se sumaron las expropiaciones y la colectivización. La producción se vino al suelo. En escenas de indignación, cuerpos armados de los comunistas requisaban el grano producido en Ucrania, el granero de Europa. Los campesinos que intentaban guardarse algo de lo que habían producido, eran abaleados. Las requisas eran ejecutadas sin compasión. A quienes se resistían, los fusilaban y les quemaban la casa. Las enfermedades se propalaron por campos, pueblos y ciudades. La gente moría de hambre. Los cadáveres eran amontonados. Personas en el último estado de extenuación eran obligadas a cavar zanjas: allí lanzaban los cuerpos exangües de los que morían. Una escena basta: un testigo vio a una mujer que había muerto sentada al pie de un árbol. En su regazo, un bebé todavía con vida, intentaba succionar de su pecho. Al menos 3 millones de personas murieron en menos de 30 meses. Repito: más de 3 millones en 30 meses. II 1933 es el año que marca el inicio de un tiempo trágico para la vida y la civilización: Hitler asciende al poder en Alemania y Stalin inicia el proceso destinado a consolidar su dictadura personal. A pesar de sus diferencias, uno y otro creían que el Estado debía, al costo que fuera, tener el control de las tierras y de la agricultura. El Plan Quinquenal de 1928 promovido por Stalin tenía su centro en la colectivización. La visión de Hitler consistía en arrebatar las tierras de Polonia y la Unión Soviética, matar o esclavizar a los campesinos. Stalin lo concebía como una guerra por el grano. Hitler como un derecho de una raza superior. Ambos tenían a Ucrania como un caro objetivo. III Ucrania, 1933. Día tras día, hasta 40.000 personas hacían cola para canjear un cupón por una pequeña barra de pan. A menudo las colas duraban dos días. Gente que recién había entregado las cosechas a grupos armados, salía a mendigar. Pululaban los enfermos. Caían muertos en sus casas, en las escuelas, en las calles. La policía tenía instrucciones de recoger los niños y encerrarlos. En un cuartel de Jartov, el número de niños que esperaba la muerte alcanzaba los 20.000. En el diario de un burócrata del cuartel quedó escrito: los niños piden que los saquemos de aquí, que los dejemos morir al aire libre. En diciembre se anunció que los kulaks serían aniquilados. Se asesinaba a personas que no habían cometido delito alguno. Se asesinaba por necesidad histórica. Se ejecutaba o se...

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