La homofobia también se cuela en las revoluciones

La escena era tan desgarradora que no parecía encajar en la realidad. Hace dos años, el domingo 7 de septiembre en la madrugada, los verdugos del Gobierno de Irán enviaron a la horca, en la provincia de Ahvaz, a tres jóvenes por mantener relaciones homosexuales.La denuncia, publicada por la ONG Iran Human Rights, informaba que los condenados habían sido señalados de cometer actos contrarios a la sharia. Era esta una de las pocas veces en que el régimen de Ahmadineyad admitía haber ejecutado a hombres por ser gays. Desde entonces, IHR ha denunciado la muerte de más de 32 iraníes, mujeres y hombres, cuyo delito ha sido expre sar su preferencia sexual.La homosexualidad continúa siendo una conducta ilegal en 80 países y es castigada con pena de muerte en Irán, Mauritania, Arabia Saudita, Sudán y Yemen y en algunos lugares de Nigeria y Somalia, según informe divulgado por la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas ILGA, por sus siglas en inglés. El año pasado, Burundi se sumó por primera vez a esa lista.Castigo público. Cuando se lee el informe de ILGA sobre la homofobia, el mundo civilizado observa aterrado como tales legislaciones criminalizan actos sexuales consentidos y privados entre personas del mismo sexo mayores de edad, dejando a los acusados sin ninguna posibilidad de escape ni medios para pedir ayuda.Las ejecuciones son siempre públicas, en estadios y plazas, para que sirvan de actos ejemplarizantes a los demás ciudadanos. La organización ILGA todavía recuerda cómo el 25 de febrero de 1998 un...

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