Hora de salsa y penuria

En los buenos tiempos de la democracia representativa, de elecciones universales directas y secretas, sin máquinas ni votos escondidos en el ciberespacio ni municipios electorales construidos para beneficiar al partido gobernante, la mayoría de los dirigentes de la izquierda salían y aparentemente se forma ban en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV, trabajaban y asomaban las más peregrinas teorías en el Instituto de Investigaciones Económicas, primero, y en el Cendes, después.Siendo el marxismo en lo esencial una teoría económica, se entendía que la construcción de la nueva sociedad tenía sus cimientos en el dominio de los temas relacionados con la planificación, la producción, la distribución y el consumo.Los grandes opositores y las grandes controversias tenían su origen y destino en los asuntos relacionados con la economía, fundamentalmente con la justa distribución de la riqueza. Todos, hasta Julio Escalona, con sus deficiencias lecto-ortográficas, intentaban en sus largos ratos de ocio de la lucha armada tratar de pergeñar no solo propuestas, sino también verdaderas calamidades epistemológicas.El centro de la discusión era la administración de las ingentes riquezas que poseía el país en el subsuelo y a ras del suelo, fuesen hidrocarburos o minerales. Habiendo aprendido del fracaso que resultó en México la nacionalización, con la misma ingenuidad que después, en la década de los noventa cuando se propusieron repetir por otros medios la experiencia bolchevique rusa, espantaron a las empresas transnacionales y cada día...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR