Mi humilde casita sigue a la orden

El talante humanitario de Haydée Rosalía Hernández brilló en la tragedia que vivieron varias familias en la población de La Rinconada de Paraguachí, municipio Antolín del Campo, a consecuencia del deslave de los cerros Tragaplata y El Mico. Antes de que los organismos de rescate accedieran al sitio, armó una cadena humana para salvar a varios de sus vecinos, entre ellos un señor recién operado de la rodilla. Lo cargó en hombros y luego lo sentó en una ventana que abrió en medio del mar de lodo y piedras. Fue la primera en auxiliar a los vecinos y, dado que su casita resultó ilesa del deslave, la convirtió en un refugio. Allí atendía a los más afectados, les curaba las heridas y les daba de comer. Quienes cumplen tratamien to médico encontraron en ella a la enfermera ideal. Incluso, con su dinero compró medicamentos a quienes los perdieron. Ella nos salvó la vida. Tuvo el coraje y la fortaleza de desafiar la corriente de piedras y lodo para sacarnos de la casa, narró Elvia González, una de las vecinas más afectadas. Los vecinos que perdieron sus enseres y sus casas han encontrado un aliciente en Haydée. Esta mujer merece...

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