¿Identidad marxista?*

Mi marxismo, o tal vez mi hegelomarxismo, integraba en 1950 los aportes de Freud, Jung, Fereneczi, Otto Rank y otros filósofos como Jankelevitch o Bachelard. Pero a finales de los años cincuenta yo abandoné esta suerte de envoltura en provecho de una constelación de pensamientos donde Marx y Hegel tienen, desde luego, su lugar como Heráclito, Pascal, Kant, Nietzsche, Husserl, Heidegger. Yo he superado a Marx integrándolo.

Por lo demás, yo no soy un filósofo a los ojos de la mayor parte de los filósofos profesionales, ni científico para la mayoría de científicos profesionales. Yo soy algo que escapa de las categorías usuales. A mí me gusta que digan de mí que yo soy un pensador, pero yo jamás me presentaría como tal.

Yo tengo efectivamente mu chas identidades en el seno de mi identidad. Eso significa que no sólo yo participo plenamente en eso que hay de común entre los humanos, si no que también no teniendo sino una débil marca cultural yo estoy abierto a todo lo que es humano. Además, yo me considero como un ser sin cualidades especiales, sin talentos particulares.

No me gusta estar encerra do en la etiqueta de sociólogo.

Todo lo que yo he escrito tiene una dimensión sociológica, pero ello no es reductible. Cuando alguien me pide mi título para una conferencia, yo le digo: Director de investigación en el CNRS. Yo no soy un verdadero universitario, no obstante que tengo un pie dentro de la universidad; tampoco un verdadero intelectual, no obstante que tengo un pie dentro de esta casta. Yo meto mis pies en otro lado. La manera de querer integrar los conocimientos dispersos Ây eso desde mi primer libro importante, El hombre y la muerte me ha hecho aparecer por mucho tiempo como disperso, o superficial, o aberrante en el mundo universitario.

Yo soy de izquierda pero in dependiente de todo partido y alérgico al la de la izquierda porque ello oculta las divergencias y conflictos profundos entre comunistas y socialistas.

Yo soy fiel a las aspiraciones comunitaristas y libertarias, sabiendo que ellas comportan un antagonismo en su asociación. Yo soy a la vez derechista e izquierdista. Derechista porque pienso que es necesario respetar las libertades. Izquierdista porque yo pienso que hay que cambiarlo todo.

El libro Autocrítica...

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