Idiotes o idiotas contemporáneos

La funesta muerte de Rodolfo González convirtió al Estado venezolano en asesino convicto y confeso del compatriota encarcelado en su retén de tortura, a quien le negaron derechos y el julepe superó sus fuerzas conduciéndole a la desesperación. No se cumplió con el debido proceso, violaron sus garantías constitucionales que le permitían hacer valer sus legítimos argumentos frente a los tribunales. Solo fue un inerme reo perdido en sombríos ergástulos de la policía política.En Argentina, donde el pro ceso político es casi siamés al nuestro, asesinaron o indujeron al suicidio al fiscal Alberto Nisman. Al contrario de nuestro país, allá existen poderes independientes y prensa libre. Una prensa atrevida que no obedece a gerifaltes del régimen ni a la Fuerza Armada, ni mucho menos a voluntades u ordenamientos de invasores soterrados, como sucede en Venezuela.Las libertades en Argentina han permitido que el escándalo del crimen del fiscal explotara y se profundizaran las investigaciones sobre si hubo o no un asesinato o, en su defecto, si hubo un suicidio, ¿fue inducido? Lo que conocemos de la pri sión de Rodolfo González, muy poco por cierto, no deja claro si fue crimen o suicidio, y si fue inducido... ¿nos conformaremos, o buscaremos la merecida justicia? Mientras este abominable acontecimiento estremece conciencias y llena de temores a nuestra sociedad, partidos políticos en la Mesa de la Unidad...

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