Un disparo impidió al sargento Durán convertirse en enfermero

En la terraza más alta del Cementerio del Este no cabía un alma. Más de 300 personas fueron hasta el camposanto para compartir el dolor con los familiares del sargento Darwin Durán. Alrededor de la tumba, sus hermanos, primos y amigos más cercanos se niegan a creer que el funcionario del Cuerpo de Bomberos Metropolitanos ya no estará con ellos. Pero la realidad es que lo mataron el sábado para quitarle un teléfono Blackberry. Algunos llevan franelas blan cas con una imagen estampada: Durán y su moto de trabajo. Adiós, Clavo, se lee en una leyenda. Le decían así porque desde que nació era muy flaquito, recordó Henry Rojas, bombero y amigo de Durán desde que ambos eran niños. El disparo que le dieron dos motorizados cortó la vida de un hombre que a los 26 años de edad ya había sido condecorado por la institución en la que trabajaba debido a actos heroicos. La medalla 19 de Diciembre, recordó su primo y también bombero Wilmer Hidrogo, se la otorgaron en 2001 cuando rescató a dos niños de un rancho que se incendiaba en la zona 9 del barrio José Félix Ribas de Petare. Durán se metió por el techo de la vivienda, aunque ya para ese momento otro niño había muerto allí como consecuencia de la exposición a las llamas. El proyectil que lo hirió en el costado izquierdo también truncó el proyecto de Durán de convertirse en enfermero profesional. En sus tiempos libres, trabajaba como paramédico en el Instituto Nacional de Capacitación Educativa. Creía que con un poco de disciplina podría obtener el título en el Colegio Universitario Cecilio Acosta de Los Teques. Bombero siempre. Al fondo de la terraza donde se llevó a cabo el sepelio, los bombe ros se arremolinaron en torno a Richard Durán, hermano mayor de la víctima. El primer bombero de la familia. Darwin se hizo bombero por el ejemplo de su hermano. Primero se incorporó a la Brigada Juvenil y luego continuó su aprendizaje en la institución, recordó su cuñado Keymar González. Richard Durán no podía ha blar. El pesar se lo impedía. Mientras caminaba...

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