Sueños indeseables

Persecuciones, monstruos, asesinos. Gritos ahogados, caídas mortales, pérdida de los dientes. El espectro de angustias y espantos que sirve de material para una pesadilla es tan insondable como la cantidad de temores que envuelven al ser humano. Al margen de situaciones de estrés puntual, según los portales WebMD y MedlinePlus, existen múltiples causas que facilitan su irrupción. Entre ellas, cenar tarde y en abundancia obliga al metabolismo a seguir trabajando durante el sueño: se considera que este grado de estimulación y actividad adicional incluye al cerebro y puede propiciar sueños atípicos, al igual que las enfermedades que se hacen acompañar de fiebre. Así mismo, se cree que los fármacos y otras sustancias que influyen sobre la química cerebral -como antidepresivos y narcóticos- aumentan esta probabilidad, así como algunos medicamentos que persiguen controlar la tensión arterial. Cualquier cambio o introducción de fármacos que coincida con la aparición de pesadillas frecuentes debe ser comentado con el médico, para determinar si puede sustituirse o ajustar la dosis. El estrés postraumático que puede aparecer tras haber atravesado una situación de adversidad extrema...

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