la individual del lunes Oscar Aramendi, Nocturno

Para un arquitecto, como el valenciano Oscar Aramendi, la ciudad que palpita bajo el subterfugio de la noche entraña rituales de existencia ¿o subsistencia? muy diferentes a los que configuran la cotidianidad diurna. Ni siquiera el paisaje arqui tectónico es el mismo, pues la nocturnidad confiere otras significaciones a calles y edificios. El hotel deja de ser un refugio temporario para convertirse en receptáculo de instintos primarios, de impulsos irreprimibles muchas veces ligados a la venta del sexo, a la soledad o a la violencia. Es por ello que las imágenes de Nocturno muestran y emborronan, poseen una cualidad de fugacidad, de cortedad, en la que la nitidez no tiene cabida porque de lo que se trata es de poner a convivir lo nocturnal que oculta y protege, y lo nocturnal que revela y desenmascara. Instantáneas de grano grueso, contornos indefinidos...

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