Inseguridad e impunidad

Los números son elocuentes: la inseguridad es un perverso impuesto que pagamos los mexicanos por el simple hecho de vivir en este territorio. Más de 1,38% del PIB se gastó durante 2011 en perjuicios ocasionados por delincuentes o en gasto de prevención de delitos. Son 211 millardos de pesos que pudieron haber sido invertidos de otra forma, pero que pasaron a manos de asaltantes, extorsionadores y defraudadores, quienes gracias a la impunidad de nuestro sistema de justicia salen bien librados de sus hechos. Esto debe revertirse. De acuerdo con la Encues ta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, tres de cada diez hogares fueron víctima de un delito el año pasado. Aumentaron hasta en 20% delitos como el robo a transeúnte, a casa, de automóviles, fraude y extorsión. Lo peor es que casi 90% de dichos actos no fue denun ciado, por la desconfianza de los ciudadanos ante la acción de la autoridad. Es decir, la impunidad se consuma cuando el círculo vicioso de la ineficiencia o complicidad de las autoridades desanima a una población que cree perder su...

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