Intentan postergar juicio contra Rousseff entre gritos y empujones

El juicio político contra la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, siguió ayer con una creciente tensión, continuas descalificaciones e insultos que llevaron al presidente del Senado, Renán Calheiros, a decir que se sentía en un manicomio.Los ánimos de los senadores se volvieron a caldear en la segunda sesión de la recta final del proceso de destitución de Rousseff, que sus defensores intentaron dilatar y motivó airadas protestas de la mayoría adversa a la mandataria.Calheiros condenó en un duro discurso los reiterados intentos de los aliados de Rousseff por postergar el juicio político. No podemos presentarle este espectáculo a la sociedad, dijo Calheiros en el pleno del Senado, luego de que parlamentarios del Partido de los Trabajadores, oficialista, demoraran el inicio de una sesión dirigida a escuchar a seis testigos de la defensa.Los senadores del PT for mularon varias cuestiones previas y fueron trabando las deliberaciones, al punto de que después de dos horas aún no se había podido escuchar a ninguno de los testigos que debían comparecer.Calheiros fue especialmente severo con la senadora Gleisi Hoffmann, una de las más fervientes defensoras de Rousseff, quien en la primera audiencia...

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