Invisibilizados

La camarilla lo simplifica todo. Un solo color, un solo pensamiento y un único enemigo: la derecha.El primero de los once principios de Goebbels, los cuales aplica con conciencia y determinación, y sin pudores pequeñoburgueses. Con cara de ángeles aparecieron el yerno y su ministro de propaganda para quejarse porque los medios privados no han recogido lo que ellos consideran la noticia del siglo, que el gabinete en pleno se instaló una semana en el Zulia y, entre las muchas actividades, estrecharon el contacto con el pueblo. Ernesto Villegas debe repetir Informativo I, el otro debe dedicarse a tratar de entender el contenido de las canaimitas.El punto es que la camarilla ha tratado no de invisibilizar los medios privados, que es un eufemismo, sino de volverlos polvo cósmico o vulgares cenizas. No sólo no les permiten cubrir los actos públicos, sino que tampoco les conceden entrevistas ni les dan declaraciones, ni les envían boletines de prensa ni mucho menos les contratan pautas publicitarias. La exclusión informativa se colma en la Asamblea Nacional, donde los reporteros son tratados como parias, no los dejan entrar en el Hemiciclo, como fue normal en los años de democracia y hasta en la dictadura perezjimenista, y también les impiden que utilicen lo que históricamente ha sido el palco de la prensa. Deben cubrir las sesiones a través de una pantalla de televisión que les ponen en un pasillo, como si se tratara de damnificados que, además, molestan.Antes para entrar en Miraflores bastaba mostrar el carnet de periodista en la Prevención, ahora sólo es posible mediante invitaciones personales, y aún así cuesta entrar; la modalidad se repite en todos los...

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