Los Amigos Invisibles armaron su gozadera navideña

Cómodos; se conocen muy bien. Los Amigos Invisibles tienen 20 años armando una gozadera musical que ha atravesado cambios de peinado y trajes que son algo más que eclécticos. Cómodos, con la energía intacta, subieron ayer a tarima para presentar su más reciente creación: Repeat after me, como lo habían prome tido. Lo vistieron en la noche y lo lanzaron entre aplausos, brincos y cámaras encendidas que documentaron las canciones y los juegos en escena.Pero la banda no olvidó sus viejos éxitos; de hecho, el concierto incluyó varias referencias de una generación que se acerca indetenible a las 4 décadas. Sin abandonar su estilo lanzaron más de 25 temas uno tras otro. Agresivos. Sin pausa.Arrancaron a las 8:15 pm y a lo largo del show, que tuvo algunos problemas de sonido, Julio Briceño voz, José Luis Pardo guitarra, José Rafael Torres bajo, Armando Figueredo teclados, Juan Manuel Roura batería y Mauricio Arcas percusión tuvieron su momento para destacarse en los espacios abiertos del Centro Cultural BOD-Corp Banca. Ofrecieron disculpas por la suspensión de la gira nacional y agradecieron poder cerrar el año en casa.Amor, Sexy, Corazón ta tú y Yo no sé fueron las primeras en sonar. Para Mentiras ya Armandito se había quitado la camisa y Julio pedía al público una playa de palmas arriba. Llegaron el percusionista Diego el Negro Álvarez, el maraquero Manuel Rangel y el guitarrista Álvaro Paiva para una sabrosa versión de Óyeme, nena y se quedaron para Esto es lo que hay.¡El que...

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