Iris y sus embustes

Definitivamente, la desfachatez de la ministra para el Servicio Penitenciario, Iris Varela, no tiene límites. Su cinismo y su irresponsabilidad en su nefasta gestión no tienen precedentes en la historia penitenciaria venezolana. La crisis penitenciaria lleva muchos años, pero la Fosforito la ha elevado a su máxima expresión: nunca el desastre en las prisiones había llegado al caos que se registra hoy. Los recientes sucesos en la cárcel de Yare I, con un resultado oficial de 25 muertos y 46 heridos, algunos de ellos familiares que se encontraban de visita, son una prueba rotunda de ese caos, sin olvidar que hace un mes, en el Centro Penitenciario de la Región Andina en Mérida un hecho similar dejó 19 fallecidos, lo que le da a la ministra Penitenciaria un saldo trágico en apenas un año y unos días de gestión: casi 600 muertos que, por siempre, llevará en su conciencia por su negligencia e incompetencia. Siempre se dijo que Iris Varela no sabía nada de cárceles, que ni siquiera por la puerta de una de ellas había pasado en su vida. Y los expertos que dieron esta opinión no se equivocaron: estaban claros sobre el desastre que se avecinaba. Pero la misma Fosforito lo agravó al rodearse de un grupo de personas que sabían menos que ella del tema en cuestión. Resulta inexplicable que Varela a estas alturas siga justificando el desastre que creó en el sistema penitenciario que, sin duda, era de grandes magnitudes antes de que ella lo pusiera peor. A cualquier ciudadano le resulta muy difícil...

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