Isabel y Cristina

La muerte de Néstor Kirchner ha conmovido a Argentina y a Latinoamérica. El ex presidente fue un personaje representativo de la transición del continente desde las dictaduras militares hacia las democracias. Con sus luces y sus sombras. Por una parte, en su juventud participó de manera destacada en la lucha contra el autoritarismo y la crueldad del régimen castrense; fue un buen gobernador de su estado natal; y como presidente pudo superar la profunda crisis económica que azotó a su país a comienzos de siglo.

Por la otra, exhibió rasgos de personalismo, concentrando el poder en sí mismo, y de un nepotismo que culminó con la entrega de la Presidencia a su señora esposa. Además, para lograr sus objetivos, tanto personales como políticos, utilizó todos los medios a su alcance, algunos muy cuestionables. En América Latina comenzaba a jugar un papel destacado como secretario general de Unasur. Y en sus relaciones con Venezuela supo sacar provecho de la ingenuidad de nuestro gobernante. Una maleta rellena de petrodólares le fue enviada desde Caracas para la campaña de Cristina.

La desaparición de Néstor Kirchner crea graves dilemas a Argentina. Aunque no inéditos. Era considerado el poder detrás del trono y lideraba el principal partido de la nación, el Justicialista. Se especulaba que aspiraba a suceder a su esposa, Cristina Fernández, en la Presidencia de la República o a imponer a un candidato que siguiera sus pasos. A esas incertidumbres se añade ahora el rumbo que seguirá el gobierno ante su ausencia y la duda sobre si es posible mantener una semblanza de unidad dentro de su...

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